En el Casco Antiguo olía a incienso ayer por la tarde. La cita era minutos antes de la cinco en la puerta de la ermita de La Soledad para no perder detalle de un momento único: la patrona saldría de su templo para, por primera vez, cruzar el Guadiana y visitar la margen derecha. «Es un hecho histórico para la Hermandad, y lógicamente para Badajoz, que crucemos la barrera del río. Lo hacemos porque se está celebrando una misión en dos parroquias de allí, Santa Engracia y la Asunción. Ellos nos comentaron que querían hacer un fin de semana mariano y que mejor que la Virgen María fuera», explica Joaquín Gil, hermano mayor de La Soledad. «Estamos muy satisfechos por la gran expectación y lo que pretendemos es captar a miles de hermanos de aquellas barriadas porque lo que nos gustaría es que desfilaran con nosotros el Jueves y el Viernes Santo», asegura.
La Soledad salió de su ermita al son de los acordes de la agrupación musical Santísimo Cristo Rey. El hermano mayor y once costaleros más -entre ellos el concejal Francisco Javier Guitérrez-, los cuales no pudieron reprimir las lágrimas, mecieron a la patrona, que se lució bajo un sol de invierno que el público agradeció.
Los fieles de la margen derecha la esperaron en el Puente de Palmas. Allí, después de un sentido encuentro, se celebró una oración y un acto religioso. Posteriormente, la Virgen siguió su recorrido hasta las dos parroquias del otro lado del río, donde aguardaban su visita con mucha ilusión.
Más de 5.000 personas, en total, quisieron ser testigos de este momento único.
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