Salve, virgen pura
de las mercedes, madre;
Salve, redentora de
cautivos, salve.
Pecadores somos
cargados de males;
ea pues señora.
No nos desampares.
Vuestro Jesús dulce,
que es admirable
de vuestras entrañas.
Vuestros bellos ojos
llenos de piedades
a nosotros vuelve,
cariñosa madre.
¡Oh clemente!, ¡Oh Piadosa!
vuestro amor alcance
quien de las mercedes
virgen, madre os llame
y por este nombre,
que es tan agradable
pedid al señor
que de nosotros se apiade
mientras que nosotros,
cantamos amantes:
¡Salve, salve, salve!
¡Salve!, aquí decimos
los miseros mortales
¡Salve! entonamos por eternidades
No hay comentarios:
Publicar un comentario