lunes, 14 de noviembre de 2011

Tú, simpre tú y solo tú

¡Dios te salve Esperanza,
Madre de los pacenses, paz y vida!
¡La que alivia toda pena;
la que cura con sus manos toda herida!

¡Dios te salve, luz del cielo,
siempre estrella y siempre aurora de bonanza!
¡La que ampara todo anhelo;
la divina sembradora de esperanza!

¡Dios te salve, María,
Madre de gracia llena;
alma de Badajoz,
luz de la Esperanza eterna.


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